Otra vez… puf, nuevamente…se repite, puf…se reitera…puf puf…de vuelta!!!, insistente y tenaz.
Me cansa bastante esta época del año. No puedo, o puedo pero no me interesa poder. Me aburre. Le busco explicaciones, le encuentro montones, pero me sigue cansando.
Con sinceridad, me empieza a dar como una asfixia, mezclada con flequitos plateados y dorados. Una alergia con bochitas brillantes, doradas, eso sí…muy doradas y mucha guirnalda…mucha.
Entro al supermercado por el dentífrico, pero las montañas de PAN DULCE se caen sobre mi cabeza. Siento como si fueran mascotas expuestas de veterinaria, que buscan un hogar…tal vez guarden el secreto deseo de que los lleves a tu casa y los llames Boby!!!
Las promociones de tarjetas con saludos navideños que publican las páginas web son terriblemente espantosas, creo que hasta la página de la Policía Federal publica algunas estos días.
Los mails con velita y campanita ya comienzan a atragantarse en la banda ancha de mi PC., no puede la pobre, con tanto ramo de muérdago y campanita de moño rojo.
Los renos sonríen desde las vidrieras. Pero, perdón. ¿Renos, han visto alguna vez uno cerca de sus casas? Yo la verdad que no. Tal vez sabíendome medio malhumorada se alejan. Pobres renos, con sus cuernos tan bien puestos, pero con las patas tan mal ubicadas…tan lejos del territorio apropiado.
Que puedo decir del señor este, don Papá Noel, una delicia mire…¡¡Ya no lo soporto!!. Solo me sirve a modo de extorción para que los niños obedezcan, a cambio de un obsequio. Pobres señores disfrazados con trajes rojos, tan abrigados para el cálido verano, ridiculizándolos al extremo mas doloroso.
Así es la bendita época navideña. Donde los que ni se acuerdan de tu nombre te empiezan a sonreir con caras de estúpidos. Los vecinos, esos, con los que compartís bellísimos viajes en ascensor algún que otro día a cara de perro, se transforman en anunciadores de la gloria celestial. El pariente ese, que preferís no recordar, insiste en acordarse de vos, si, para saber si podrás hacer la ensalada de frutas.
Los regalos, los moños, las lucecitas que se declaran en huelga. El precio de la sidra «¡pero que barbaridad, lo que ha subido!»….y asi la lista de insoportables cuestiones de la época se extiende. Realmente deplorable.
Por lo pronto, lejos de las clásicas costumbres y consejos publicitarios, seguiré empeñada con mi estilo, renegando de la gilada y celebrándome a mi misma, sin excusas comerciales.
Dic 06, 2006 @ 20:49:35
Seria mucho mejor rescatar la parte espiritual o no?
Dic 06, 2006 @ 23:40:41
Argentalico: Si, por tal me refiero a «celebrarme a mí misma, sin excusas comerciales» ¿te parece que no rescato lo espiritual?…