Ciclo lectivo…

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«¿Para qué me vas a comprar otra cartuchera, si la del año pasado está bien y me gusta?»–  dijo Candorito mientras organizábamos la previa al inicio de clases.
Queda claro que no es amigo de determinados patrones de consumo que pululan en estos días…

Ver y oír a las madres que reniegan de precios y «calidad» en cuestión de insumos «escolares»  al inicio de las clases, es parte de un coro griego que se repite cada año.

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A ver señoras: si usté acostumbró a sus hijos a que tengan ciertos elementos y/o productos que obedecen a determinados patrones de consumo, ¡¡hágase cargo!! El «merchandising» escolar, es oneroso y puede ser fatal…

¿Cuál es el sentido de pagar hasta cuatro veces más por algo, solo por su «marca» o por tener estampado a algún personaje de «moda»?
Señores, ¡¡recapaciten!!

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-Si no es de tal marca, no lo quiero!!!-, imponía a puro grito una niña a su madre, en un comercio. La demandante, no superaba el metro cinco de estatura. Y con un breve vistazo, era obvio que la responsable de aquel berrinche, no era la niña…
Me imaginaba la misma escena, en tiempos de mi infancia… ¡¡Qué bife en la jeta hubiera ligado!! Pero eso no sucedía, porque además de ciertos límites, toda esta parafernalia de chirimbolos con «dibujitos» al cuete, sencillamente, ¡¡no existía!!

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¿Acaso el gasto de dinero en elementos superfluos, garantizan las calificaciones de los alumnos?

Hay cosas en la vida, que no son directamente proporcionales…

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«Vaya Semanita»Profesores y estudiantes, sus relaciones actuales.

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Bon appétit!…

 

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Estoy segura que no soy la única que al momento de decidir ir a comer «afuera», son varios los factores que priman en la elección que realicemos.

Calidad: En mi caso, es el factor fundamental. Claro, que en más de un restaurante,  calidad es el equivalente a tener que abonar por una cena microscópica, el mismo valor que la suma del costo de todas las cenas «normales» de los próximos dos años, apróximadamente…

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Mal de amores…

 

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Según leí vez pasada, unos científicos italianos habrían encontrado una solución para el «corazón roto» –desengaño amoroso o «mal de amores»-.  Estos caballeros aseguraban que la causa de la enfermedad estaba alojada en los neurotransmisores y en los genes.  Sencillamente aseguran haber obtenido la solución para esto. ¿Y cuál sería esa solución? ¡¡Una píldora, obviamente!!

«Cuando uno está feliz, el amor es la cosa más bella del mundo. Pero cuando se sufre se convierte en una auténtica patología, una obsesión de la que es difícil desprenderse» explicó Denisa Legac, profesora de la Universidad de Graz, en Austria, quien aporta insospechados datos científicos para un abordaje «técnico» del sufrimiento por amor, que, asegura, pone en riesgo la propia seguridad y la de los otros, lo que lo convierte en una amenaza social.  «La posibilidad de accidentes de tránsito se cuadruplica si se conduce un automóvil después de una separación: sólo en Francia hay 3.000 heridos y 170 muertos al año«, dice.

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Nuestra canción…

 

Terpsícore – Musa de la música y la danza.

Desde que el hombre descubrió los sonidos y rítmicas como los causantes de diversas sensaciones y emociones, la música comenzó su largo camino de desarrollo y perpetuidad.

En lo personal, no me llevo bien con la gente que expresa algo así como: «No me gusta ningún tipo de música«… Por suerte, no existen muchos de estos especímenes…

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Vi luz, y subí…

Tras este tiempo de ausencia, regreso.  Nos es fácil retomar la costumbre de postear, pues, el tiempo suele cambiar algunas cosas de lugar dentro de nuestra mente.
El tiempo, tiene esa rara costumbre, modifica todo…

Muchas cosas han pasado en estos días, y me han puesto a replantear varias cuestiones de mi vida.
El puntapié inicial de todo esto fue un episodio en mi salud.  Ahora vendrán prioridades analizadas con otra intensidad.

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Retornando…

Para compartir, un refrito.

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(Hecho real, sucedido hace varios años)

Un diagnóstico rápido y puntual no dejaba dudas. Debía ir a cirugía.
Una vez en el quirófano, me deslumbré con los aparatos con ruiditos, además de la música. Pues si, ¡¡había música!!

Concluida la cirugía, y tras haber despertado de la anestesia, advertí que el dolor perduraría un buen tiempo.  Pasados tres días de internación, me dieron de alta.

Regresar a casa significaba carecer de enfermeras solícitas a mis quejidos y atenciones especiales. Mi pregunta no se hizo esperar:
¿Doctor, que hago con este dolooor?
Inmediatamente después: pichicata.

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Tecnología confiable…

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Las ocupaciones diarias, los nervios, los plazos para cumplir con todo, estudio, hijos, la familia y tanto más, tiene a muchos dominados y sin espacio libre en el «rígido» de sus mentes como para acomodar un poco de calma, paz o un toque de sentido común.

Porque, ¡vamos!, tampoco es tan difícil intentar ser conscientes o al menos no tan veletas con la realidad.
¡Pero clá!… hoy la tecnología sería la solución para todo ¿verdad?… Más

Prospectos…

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Tal vez si estuviera en sánscrito, entendería más. Pero mientras intento dilucidar el prospecto del medicamento que debería tomar, recapacito: … ¿qué hago leyendo esto?

¡Vamos!, que en letra chiquita, pero en la última escala de lo legible, al inicio de los jeroglíficos farmacológicos, lo dice bien claro: «¡Información Importante. Léase con atención!». Así tal cual, y franqueada con signos de admiración y todo. La frase no deja lugar a dudas: hay que leer ¡¡y se terminó, caramba!! Más

Criterios…

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«Las cuatro estaciones» de Giussepe Arcimboldo
(Italia: 1527-1593)

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Debo admitir que extraño mucho el sentido del humor de mi padre. Sin importar el dónde ni el cuándo, él siempre tenía dispuesto su ánimo para robarle alguna sonrisa a los demás. Tal vez esa fue su función en este mundo, y la cumplió de manera maravillosa.

Hoy, viendo a más de un caracúlido que solo se consuela diciendo «-¡¡Por fin llega la primavera a traer alegría!!«, pienso ¿pero este gil el resto del año que hace, llora mirando el termómetro?
¿Por qué seguir con la cantinela de la cuestión de asociar el clima o la temperatura con el ánimo? Más

Los imprevistos…

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La expresión de su cuerpo hablaba claramente: el hombre nos estaba por dar una mala noticia.

Mi amiga me miró como sospechando la probabilidad que había temido: ¿había contratado al albañil que haría un desastre?

El hombre lleno de polvillo y temor, habló. Nos informó que a partir de ese momento y de manera urgente, se debería contratar además, un plomero… Más

El Lama…

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Había terminado mi charla telefónica con una amiga, la que estuvo monologando sobre la perpetua catarata de situaciones sin resolución y los temores que anidan en su vida.  Nada nuevo bajo el sol.

Por mi costumbre de hablar con «manos libres», Candorito había estado escuchando parte de la comunicación . Por ello, se acercó y mirándome con sus profundos ojos negros, muy tranquilo, me dijo:

«-En la vida, hay que aprender a superar los miedos

Tras lo cual se fue a su cuarto y continuó jugando.

No hay dudas: en la vida, pueden llegar a aparecer maestros sumamente jóvenes… Más

Homo Interneticus…

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Internet es una de las herramientas que en mayor medida -y en menos tiempo- ha ganado espacios entre la población mundial. La ecuación velocidad, tiempo-espacio, nos dibuja una virtualidad signada por la realidad, o tal vez a la inversa, y por ahí venimos navegando sin remos. Siempre dependiendo de nuestra alienación, obviamente…

Internet nos presenta imágenes, textos y situaciones que permanecían distantes de nuestro devenir cotidiano, afianzando paralelamente, nuestra comodidad ante la búsqueda de información y la relación con «el otro».

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En tus manos…

Refrito

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Una ducha rápida, no podía dejar pasar más tiempo. Me vestí sin demasiadas pretensiones. Sabía que mi prendas al estar con vos, serían un detalle pasajero.
Subí al taxi ansiosa, rumbo a lo esperado.

Al llegar abriste la puerta sonriente: debía regresar.
Pocas palabras, sabíamos lo que sucedería. Inmediatamente me ayudaste a desvestir, de la manera que solo los hombres como vos conocen.

Luego la luz rojiza, la que me sumerge en lo más profundo, la que ilumina mis sensaciones con su brillo y su calor.
Te tomaste el tiempo y el cuidado que estas situaciones requieren. Tus manos en mi espalda fueron la caricia anhelada. Más

La condena…

Refrito

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En un rincón oscuro y solitario de la casa, esperaba, observando sus manos sucias. La penumbra encubría esas manchas que la inculpaban, mientras la angustia danzaba en su garganta. Sus pensamientos se negaban al triste holocausto de la realidad. Una sombra de resignación galopaba por su mente: luego de esto ¿dónde quedaría su esplendor?

La imagen de sus manos manchadas -presentes como estigma carcelero de un futuro de color indefinido- la señalaban sin descanso y sin perdones, sabía que tardarían en estar limpias tanto como tardaría en llegar su valentía. La cobardía la hundía aún más en aquel rincón solitario de la casa. Más

Mente clara…

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Ante una realidad inevitable de mocos, fiebre y molestias generalizadas, simplemente hay que entregarse a transitar los días de convalecencia con la certeza y tranquilidad de saber que todo pasa.

En esta oportunidad dicho estado se presentó  con algunos variados delirios durante los sueños febriles, los cuales fueron sumamente interesantes.

Uno de los primeros en aparecer fue el que recorrió el sendero místico-religioso(?). Este consistía en un intento denodado por organizar -y afinar- a los presentes a un gigantesco templo, desde el altar.
Los concurrentes, todos prolijamente sentados, debían entonar obras religiosas de Bach.
Que esta gente me mirara desconcertada, hablaba de una simple realidad: ellos no tenían fiebre. Más

La Venganza…

(Refrito)

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De haber sabido que permanecerías más tiempo en mi memoria que en aquella realidad que nos contuvo, no hubiera aceptado estar entre tus brazos.

Hoy,  fortalecidas mis defensas, enaltecida mi autoestima y robustecido mi amor propio:  tu mirada aún sigue rondando mi alma.

Ningún esfuerzo alcanza, nada de lo que haga o piense es suficiente, ahí estás. Aún sigo esperando que el tiempo desdibuje tus palabras, barriendo esta ironía del destino.

En diatribas cotidianas, juro alejarme de tu recuerdo. Esgrimiendo constancia y valentía, sucumbo hasta en sueños a tu presencia, dejándome enrolar en las filas de los débiles ante el amor. Más

Campañas publicitarias…

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Link -video- del comercial

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Hoy leí una nota en la que se destacan algunas de las razones por las que la publicidad de «Diana Arroz» estaría haciendo furor tanto en TV,  como en las redes sociales (link).

Los que analizan el fenómeno de su éxito apuntan a lo pegadizo de la música elegida, la que a su vez,  sería responsable de traer más de un recuerdo a las mentes de las madres. Mientras que otra razón sería: la simpatía de sus protagonistas.

El muñequito que corporiza al personaje de la madre, deja de lado ese estándar al que las publicidades de los últimos tiempos venían apuntando: el arquetipo -bastante lejano al real- de ama de casa. Más

Primera impresión…

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Teorías…

Una amiga tenía una teoría que enunciaba:
«Cuando vayas por primera vez a la casa de un hombre que te interesa, fijate en el baño para ver cuántos cepillos de dientes hay, si hay más de uno, ¡¡huí!!»

No era del todo desacertada, pues a varias amigas nos fue de utilidad, pero el inconveniente se presentaba cuando al invertir la situación, pensaba:  ¿cuál habría sido la reacción si algún caballero revisaba mis cepillos de dientes?

Pues por una cuestión de cariño(?), puedo llegar a tener más de seis cepillos de dientes -¡¡yo solita, eh!!- prolijamente apostados en mi baño…

Por suerte nunca me tocó un hombre sensible a esta teoría… Más

Atletas…

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Los Juegos Olímpicos son la mayor competencia deportiva desde hace siglos. Prolija y cronológicamente se realizan cada cuatro años, salvo algunas excepciones en el Siglo XX.

A mis cuatro años de edad, pude ver por TV como los atletas -a puro empeño- realizaban sus proezas descomunales para pasar a la historia. Eran los Juegos Olímpicos de México. Más

Clasificados…

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Con Candorito pasamos  frente al comercio. En una de sus vidrieras el cartel anunciaba: «SE VENDE FONDO DE COMERCIO«, y parado en la puerta de entrada, un hombre de rostro serio. Con esa tonalidad(?) con la que el mal humor suele teñir la cara de las personas.

Nuestra caminata siguió su rumbo, siempre en silencio, hasta que Candorito reflexionó:

-«¡¡Y si!!… venden EL FONDO del comercio, porque a la parte de adelante, con el hombre con cara de cul* parado ahí, ¡¡no la van a poder vender!!

Si, la de comediante, es otra de las facetas de Candorito… Más

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