La condena…

Refrito

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En un rincón oscuro y solitario de la casa, esperaba, observando sus manos sucias. La penumbra encubría esas manchas que la inculpaban, mientras la angustia danzaba en su garganta. Sus pensamientos se negaban al triste holocausto de la realidad. Una sombra de resignación galopaba por su mente: luego de esto ¿dónde quedaría su esplendor?

La imagen de sus manos manchadas -presentes como estigma carcelero de un futuro de color indefinido- la señalaban sin descanso y sin perdones, sabía que tardarían en estar limpias tanto como tardaría en llegar su valentía. La cobardía la hundía aún más en aquel rincón solitario de la casa.

Ya nada volvería a ser como antes, como en los días en los que el sol brillaba pleno sobre su piel y sus cabellos. El viento ya no estaría acompañando sus pasos por la calle. Ya nada sería lo mismo.

No encontraba calma, ni un destino su desasosiego. Todo se derrumbaba ante tamaña desgracia.

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Una bocanada de aire apuntaló su voluntad para dirigirse lentamente hacia el baño y un sudor frío recorría su cuello.
Encendió la luz y ahí seguían sus manos manchadas, guardando intacta su culpa.

Se miró en el espejo que la enfrentaba desafiante, mientras abría lentamente las canillas. El agua se llevaría el rastro final de todo aquello.

Así fue que se lavó el cabello con esmero, repitiendo la operación varias veces, intentando espantar aquel olor nauseabundo.

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El odio por esas malditas canas, no tenían comparación con nada. Sabía que en lo sucesivo sería esclava del ritual de la tintura, con una frecuencia insoportable. Sería rehén de un color mentiroso cubriéndole la cabeza. Rehén de un color que según rezaba el envase del producto, le daría  brillo y esplendor, pero ¿a qué? ¿A su alma?… ¿A sus pensamientos?

Maldiciendo los genes canosos con todo su odio, tuvo una certeza: la próxima vez que debiera enfrentar el asqueroso ritual, usaría los guantes descartables.

Alejándose observó de reojo en el espejo el resultado final del inicio de la condena, del parecer para ser…

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Un video más que interesante.
Imperdible.

Doll Face

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