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Hoy es inevitable que me visiten los recuerdos de todas aquellas cosas que disfruté junto a ella.
El destino quiso que se fuera de mi lado -de nuestro lado- y que ya no estuviera cerca físicamente de todos aquellos que tuvimos el privilegio de conocerla. Tempraneando nos dejó, pero todas sus enseñanzas y recuerdos siguen con nosotros. También a puro gen, nos sigue acompañando…
¿Quién pondría en dudas lo que heredamos de nuestros progenitores?
Ese mágico sello que se esconde en nuestras células, que cotidianamente nos recuerda hijos de quien somos. Más
Dicen que dijeron…