(Refrito)
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De haber sabido que permanecerías más tiempo en mi memoria que en aquella realidad que nos contuvo, no hubiera aceptado estar entre tus brazos.
Hoy, fortalecidas mis defensas, enaltecida mi autoestima y robustecido mi amor propio: tu mirada aún sigue rondando mi alma.
Ningún esfuerzo alcanza, nada de lo que haga o piense es suficiente, ahí estás. Aún sigo esperando que el tiempo desdibuje tus palabras, barriendo esta ironía del destino.
En diatribas cotidianas, juro alejarme de tu recuerdo. Esgrimiendo constancia y valentía, sucumbo hasta en sueños a tu presencia, dejándome enrolar en las filas de los débiles ante el amor. Más
Dicen que dijeron…