Que sea fulgurante…

¡¡Rumbo al 3º aniversario!!


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No es fácil organizar una fiesta en la que no se despilfarre dinero y se termine con la duda de si fue acertado el estilo del evento o si gustó el menú o si la música realmente necesitaba ser tan espantosa.

Es una realidad, señores: conformar a todos los invitados  pareciera una obligación, pero más que obligación es un imposible.

Recordemos: si el acontecimiento amerita una consulta previa a los concurrentes, seguramente hasta habrá que lidiar con discusiones de diverso tenor y lo que es peor, tampoco se arribará a una decisión válida.
Por un lado unos pretenderán salones de fiesta de precios de ciencia ficción y otros un asado en un quincho que además, tenga canchita «pal’fulbo»… Más

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