Consejos útiles para la mujer feliz II…

HOY: «Lo nuestro terminó».

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Hay un momento en la vida de toda mujer que suele ser doloroso y temido. No me refiero al dolor de ovarios, ni a la aparición de la celulitis o para cuando llega el resumen de la tarjeta de crédito, no:  hablo de  afrontar el fin de una relación.

Con toneladas de pañuelos descartables y cansando con la llantina a todas las amigas y seres cercanos, la nueva desdichada esparcirá sus mocos, suspiros,  desazón, su espalda encorbada y las escasas ganas de vivir por cuanto lugar transite.

¿Y por qué sufre? Porque ella había planificado, justificado y armado TODA SU VIDA –toda– en torno a un hombre que tiene otras prioridades. Y obviamente, no son las mismas que las de ella.
Entonces ¿vamos a tildar al susodicho de desalmado, pelandrún o de basura deleznable por esta razón?…

Queridas doncellas aladas, simplemente no deberíamos condenar al hombre por haber dado prioridad a sus metas y planes de vida. Él hizo simplemente lo que toda mujer debería hacer: pensar en sí misma.

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Tal vez -en este hipotético caso- él tenía proyectado continuar con su carrera, establecer ciertos progresos para su profesión, armar determinadas estructuras antes de formar una familia y ¡mbuéh!… Hasta es posible que el caballero aún  no hubiera pensado en tener una familia… Y tal vez,  tampoco consideró la posibilidad de vivir juntos y hasta ni habría mencionado promesas a futuro. Pero la vida cambia, todo cambia…

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Cuando esta clase de relaciones continúan y el tiempo transcurre, muchas damas -generalmente subidas a una nube de pedos- se dedican a mirar vestidos de novia, averiguar presupuestos de wedding planner (?), diseños de alianzas y -por si las moscas-, tiran indirectas sobre lo que anduvieron mirando cada seis u ocho palabras, notando que sus novios siguen sordos, manteniendo un imperturbable mutis.

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Es común ver que muchas damas alimentan un capricho u obsesión con su pareja con la firme convicción de que esa relación cumple con una necesidad lógica y biológica. Es así que hasta llegan a consultar  al ginecólogo para saber si el estado de salud es óptimo para emprender el camino de la maternidad.

Sí mis queridas, mientras este mundo de realidades paralelas es imaginado bajo un mismo techo de fantasía, tal vez un día se den por enteradas que ese hombre que tanto aman no las ama. Y que ya no quiere que se lo escarbe con preguntas que no desea responder, ni desea soportar imposiciones y, sin más trámite dará por terminada la relación. Los hombres suelen ser expeditivos a la hora de poner punto final. Y muchas mujeres NO.

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Entonces adoradas, sería apropiado intentar cambiar ciertos patrones de pensamiento ¿que les parece?

Empecemos por:

La autovaloración

Vamos, repitan conmigo: PUEDO TENER UNA VIDA FELIZ SIN TENER A UN HOMBRE A MI LADO.

¿Entendieron?… Emmm…  ¿qué parte no entienden?… ¡¡vamos chicas!!

– Nada de esperar que un hombre les diga piropos, ¡¡arranquen el día piropeándose a ustedes mismas!!!
– No esperen gestos amables si tienen cara de ¡¡¡ESE INGRATO ME DEJÓ!!! Vamos chicas, pilas ¡¡PIIIILAS!!

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La vida es maravillosa para ser disfrutada sin tanta vuelta.
Lo mejor es tener proyectos personales, como algún hobbie, estudiar una carrera, o las actividades artísticas… ¿nunca pensaron en ir a un taller de teatro, de canto, de expresión corporal o de pintura?… Que se yo… ¡¡de dactilografía!!

Usemos la parte interna del cráneo ¡¡¡mis chiquitas!!! ese relleno sirve para hacernos ver que el tiempo pasa y no espera a nadie, y si lo pierden obsesionadas por un fulano… ¡¡tiempo perdido!!!

Recuerden: las relaciones deben ser para disfrutar, sin vueltas, sin frustraciones, con negociaciones, con permisos, con amor, con comprensión pero SIN OBSESIÓN.
Si nos olvidamos de nosotras mismas, todo lo que hagamos en la vida -pareja incluída-, podría llegar a ser… un verdadero fracaso.

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Hoy en lo musical, un lindo temita en vivo…

Dream Theater – The Silent Man

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