Ritmo circadiano…

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También conocido como reloj biológico.  Dicho reloj es el encargado de marcar el ritmo fisiológico que se relaciona con el ciclo de la luz solar, contando a su vez, con una especie de marcapasos en nuestro hipotálamo.

El normal funcionamiento del organismo  se acomoda a los ciclos día-noche, mediante las fases sueños-vigilia, es por ello que la mayoría de los humanos tenemos hábitos diurnos, siendo necesario el proceso de descanso nocturno. El mismo nos permite recuperar energías, organizar las ideas en nuestro cerebro y reforzar el sistema inmunológico. De este modo,  se podría iniciar una nueva jornada en mejores condiciones…
O al menos, así debería ser.

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Cada ser humano debe, por esta razón, adaptar sus ciclos. Y en muchas oportunidades, a la fuerza.  Así es que: por horarios de trabajo, por diversión, por obligaciones familiares, por enfermedad y por muchos otros factores, este ciclo se podría ver alterado.

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Es por eso que ya sufro por anticipado: pues en pocas horas ¡¡retornan los momentos aciagos  a mi vida!!
Tras un mes en el cual, entre retiros espirituales domiciliarios para prevenir pandemias y las vacaciones de invierno  ¿cómo se supone que ajusto ahora mi bendito relojito, eh?

Por ahora, viendo que Candorito debe volver a la escuela y sus horarios, y yo debo regresar al trabajo…  Solo me resta llorar,  abrazada a la almohada.

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De todos modos y, para sobrellevar estos momentos,
voy a poner algo de música…

Dream Theater – Surrounded

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