La cita…

Historia para armar

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Se encontraron en el café de siempre, aquel lugar cómplice de tardes eternas, de miradas suaves, de silencios calmos. El lugar al que siempre acudían cuando debían decirse cosas importantes, al que habían apodado con humor  «El neutral»…

Había transcurrido el tiempo y volver a verse,  era el disparador de ansiedades contenidas. Era el momento exacto para canalizar todas las dudas, para dejar de suponer desamores… Tal vez, para recomenzar.

Javier necesitaba volver a llenar sus pupilas de Laura, y Laura moría por volver a oler, escuchar… mirar a Javier. Más

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