Y cómo salir airosos de ellos…
Nosotros, humildes mortales, en diversas oportunidades hemos sido tentados a reaccionar con algún insulto o frase demoledora; dichas palabras, las hemos vertido en particulares situaciones de nuestra vida, esas que nos sacan de las casillas.
Obviamente a quienes como yo, no les interesa sumergirse en el lodo de la insalubridad verbal (?), esa que suelen tener los inadaptados sociales de siempre; esos primates desterrados del mundo que solo saben insultar gratuitamente; manga de subhumanos irrespetuosos… Esas amebas irresponsables que transitan… disculpen, me distraje. Como decía, nosotros los humanos pensantes y modositos (?), deberíamos tener en cuenta como tomar una sana distancia del improperio recibido (y del impropiador), pues el nefasto agresor puede sumergirnos en las broncas más fieras que habitan en lo más profundo de los infiernos de nuestra inconsciencia y, podríamos llegar a proferir injurias y palabrerías terriblemente insospechadas para nuestro nivel intelectual (?)… Más
Dicen que dijeron…