HOY: Lo nuestro terminó.
Hay un momento en la vida de toda mujer que suele ser doloroso y temido. No me refiero al dolor de ovarios, a la aparición de la celulitis o cuando llega la cuenta del teléfono, no. Estoy hablando del momento de afrontar el fin de una relación.
Junto a toneladas de pañuelos descartables y cansando con la llantina a todas las amigas y seres cercanos, la nueva desdichada esparcirá sus mocos, sus suspiros, su desazón, su espalda encorbada y las escasas ganas de vivir por todos los lugares por donde ande. ¿Y por qué sufre?, porque cometió un gran error. Ella había edificado, planificado, justificado y armado TODA SU VIDA en torno a un hombre que, a la primera de cambio, ya estaba subido en SUS propios planes.
¿Vamos a tildar al susodicho de desalmado, de pelandrún o de basura por esto?… Queridas doncellas aladas… no podríamos, él hizo lo que toda mujer debería hacer: pensar en si misma. Más
Dicen que dijeron…