Los correctivos…

¡¡¡Refrito de anécdotas!!!

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«El sosegate»

Hace muchos muchos años mi padre contó la siguiente anécdota.
Él solía visitar a un amigo que tenía una carnicería, se tomaba unos mates y departía amistosamente con los clientes del negocio. Por ello conocía bien a los clientes: «la gorda de enfrente del taller»; el «tarta»; «Doña Herminia»; la «SEÑORITA de la noche»… y varios más que concurrían a aquel lugar en busca de alimento rico en hierro.
En una oportunidad, al carnicero y a mi padre, les habría tocado ser testigos del siguiente episodio:

Un buen día llegó al negocio doña Herminia -mujer cuya actividad se limitaba al barrido de la vereda y a concurrir con frecuencia a la carnicería para chusmear con los clientes-, ese día, mientras la doña en cuestión compraba, entró otra clienta.  La señorita de la noche -mujer conocida en el barrio por ganarse la vida de una manera poco decente, según dichos de doña Herminia-. Fue entonces, que la afamada chusma gentilmente le cedió el lugar a la señorita, para que comprara tranquila. Gracias a esto, la joven noctámbula compró, pagó, saludó, y se estaba retirando ya casi en la vereda… para cuando, en un inoportuno comentario, doña Hermi, dijo:
«Esta sí que se gana fácil la vida atendiendo a señores al por mayor, ¡¡ES FLOR DE ATORRANTA, JA!!» Más

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