Habían pasado muchos años sin verse. Las mágicas coordenadas de sus existencias y la alineación de los planetas los habían vuelto a reunir. Más precisamente, en la caja de un supermercado. No es el lugar romántico que alguien pudiera soñar para un reencuentro, pero, así es el destino.
Juan la vió… en realidad la escuchó, estaba a un par de personas detrás de ella. La voz de Ana, era inconfundible. Se asomó para observar mejor y allí estaba ella, diciéndole a la cajera: que a ese ritmo, no llegaría a tiempo para la cena de navidad… ¡¡en mayo!!
La observó: ella aún conservaba el brillo mágico de sus ojos.
El recuerdo de los momentos en los que ambos terminaban con dolor de estómago por los ataques de risa… Más
Dicen que dijeron…