Gigantes…

De pequeña había un dibujo animado en el que unos robot de gran tamaño luchaban sin descanso. No recuerdo bien si defendían al planeta de alguna amenaza externa o ellos eran peligrosos. Es probable que debido a que dicha tira fuera para varones, no le prestara atención, o tal vez porque los seres de dimensiones gigantescas no me simpatizaban.
Comenzaba Mazinger Z y cambiaba de canal. Mi sensibilidad no toleraba ver a esos grandotes metalizados luchando.
Recuerdo que por ese entonces solía pasar en colectivo por un barrio cuyas torres me recordaban a estos personajes. Según mi parecer eran del tamaño de Mazinger Z.
Con el paso del tiempo, al pasar frente a estos edificios, las imágenes de la lucha robotizada retornaban a mi memoria, habiendo perdido ya, el temor que las acompañaba.
Quiso el destino que muchos años después habitara un departamento en una de estas torres. Lo hice durante varios años y tal vez no por mucho tiempo más, pues en breve me estaré mudando.

Hoy ya no temo a los enormes robot, se que los edificios no son gigantes temerarios… pero ya cargo una insipiente nostalgia por lo que pasará a formar parte de mi pasado. El lugar donde vi crecer a mis hijos, en donde dio los primeros pasos el más pequeño. Desde aquí salió vestida de princesa mi hija mayor hacia su fiesta de Egresada. Aquí mismo, desde donde estoy escribiendo este post, pasaron tantas cosas bellas y tristes. De todas maneras, debo iniciar mi despedida.

Hoy, ya no temo a los gigantes… ¡¡yo he vivido en el 9º piso de un Mazinger Z!!

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