… mirándome.
Un sueño, no habría sido más que eso. No podría haber sido otra cosa. Pero sin saber en que territorio me hallaba, escuché una voz…
– Despertá, vamos… despertá y decime… vamos!!!
No terminaba de entender… Qué, quién… que pasaba. En la penumbra de la noche, ningún reflejo alcanzaba a descifrar presencia alguna. Mis ojos no destilan la oscuridad como lo hacen los gatos; y el dormir, no me permite mucho más que algún sueño. Entonces la voz nuevamente dijo:
– Despertá vamos… y decime… ¿quién quisieras ser al despertar en la mañana? -… Más
Dicen que dijeron…