«EL RENEGAU…»

…y «EL ACEITOSO» 

Será que ha sido elegido el 19 de julio para las partidas. Será que la mañana gris me tuvo de rehén entre sus nubes pesadas.
Mi recuerdo de hace cuatro años, entrando en una sala velatoria no me ha soltado todavía.
No se lo reprocho a mi memoria, se lo reprocho al destino, caracho. Ese que de tanto andar rondando nuestras vidas, siempre algo tiene que sacarnos. Algo siempre se está llevando. Así, casi por sorpresa y por una descompensación inesperada se llevó a mi viejo. Simplemente la distancia física que la muerte requiere imperturbable. Pero no se fué tan lejos, simplemente siempre sigue acá, conmigo, en mi sangre, en mi memoria, en mi hijo menor. Ese enano que lleva sus gestos claros y seductores.
La mañana continuó gris, proponiendo tregua sobre el mediodía, donde el sol vino a calentar el cuerpo, pero no tanto el alma.
En la oficina la rutina diaria transcurría. Las planillas, el teléfono, los capuccinos y la radio. La emisora, desconociendo mis sentires, anuncia que alguien hoy también había partido. Era el NEGRO FONTANARROSA.
Que querés que te diga le dije a mi compañera de laburo, «hoy es día de partidas, por lo visto«…
Y se me piantó otro lagrimón. Por ese negro lindo que era mi viejo, y por este otro negro que tanto me había deleitado con sus dibujos, historietas, cuentos y, por ser otro tipazo de ley.
Se van lo buenos, ya lo he dicho antes. Ellos se fueron pero me dejaron tanto que , pucha, también pudieron robarme hoy, una sonrisa con sus recuerdos…

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