La Red…

 

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 Ana entró al consultorio del dentista y esperó sentada su turno en el inmenso sillón azul. Tomó una de esas revistas típicas de salas de espera. Hojeó un rato y se detuvo ante un artículo en particular: «¿Cómo detectar a un psicópata?»

«…El psicópata tiene una especial habilidad para mantenerse en tu cabeza. Todo su discurso con puntos suspensivos, indirectas, directas, dobles mensajes, corolarios, insinuaciones, y todo lo demás, es para lograr enclavarse en tu mente. Ésa es su área de poder. Crea virtualidades, incógnitas, incertidumbres, para que la máquina no cese de procesarlo. No puedes “cerrar” una conclusión sobre él porque los datos que te aporta son insuficientes. Es como si intentaras armar un aparato y el fabricante se olvida de incluir un par de piezas y vos NO TE DAS CUENTA. Y pasas las horas tratando de armarlo (de encontrarle una lógica, una coherencia normal) y no se puede…
Siempre interviene la seducción, la captación de tus necesidades y la satisfacción de ellas, la manipulación emocional, el “encanto” y hasta la fascinación: He aquí el que te hace sentir lo que nadie…
Estas personas consiguen trasmitir información sub umbral de «agrado». Creo que no es un hecho conciente de parte de ellos el emanarlas, sí existe la intención de acercamiento a la persona «elegida» por ellos.
De resultas de ello la persona elegida se siente apegada al psicópata sin comprender por qué. Y a mayor exposición al psicópata, mayor es esta “influencia” y es más difícil desprenderse de él. El amor está muy lejos de esto.
El amor lleva adherido el concepto de cuidado de la persona amada. En una relación con un psicópata no hay cuidado, sino utilidad, uso de la persona convertida, en la virtualidad psicopática, en una «cosa».
El psicópata es un maestro en crear incertidumbres, inseguridades y a su vez asomos de esperanzas, de ilusiones. Tu mente danzará con cualquiera de ellas, tu imaginación termina los trucos que el mago insinúa.
¿Sentís que es un enfermo?, ¿dónde ves la enfermedad?, ¿dónde lo ves enfermo a él? Miralo ¿te parece un enfermo?
Si hay algo concreto: TU TE ENFERMAS POR ÉL,  padeces, quien sufre, te torturas, te castigas, te culpas, te estresas, te agotas, te deprimes, te opacas, te incapacitas.  Ahora míralo de nuevo a él: ¿qué tiene de enfermo?
El psicópata tiene un tablero gigante, se llama mundo, y las piezas que mueve en su juego se llaman personas».

Terminó de leer aquello y sin decir una palabra se retiró agitada. Apurando sus pasos, luego de caminar unas cuadras llegó a su casa. Sin dudar buscó en el placard el lugar donde su padre solía guardar el arma. Revisó que estuviera en condiciones y cargada; con ella no fallaría. Mientras la acomodaba en el bolso pensó:  «hoy le voy a dar una lección a ese psicópata!!»
Se encaminó segura hacia su meta, a pocos metros de llegar, recordó el comentario que hace un tiempo había hecho: «…- tengo una puntería perfecta al menos con las armas, en apuntarle al amor no tanto…»
Se detuvo frente a la puerta exacta y tocó timbre. Atendió una mujer. Ya no le interesaba saber de quien se trataba: «seguramente una nueva víctima de este sutil psicópata», pensó.  Inmutable, preguntó por él.
Cuando estuvieron frente a frente, Ana se limitó a darle una gran sonrisa. Él nervioso, le pidió que se fuera, que después hablarían, que ya le explicaría… 
Mirándolo a los ojos le dijo dulcemente «Ya no vas a estar más en mi cabeza, ahora estaré por siempre en la tuya…» mientras sacaba el arma del bolso.
Se disparó en su sien derecha, de manera exacta para caer muerta delante de él.

Ana no había mentido, tenía una puntería perfecta…

 

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Dream Theater – «Anna Lee»

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