Él venía tranquilo con su vida tranquila… lo mismo que yo.
Nada se interpuso en el camino, sólo una fantasía dentro de otra fantasía. Nada nos hizo pensar que tal vez algo cambiaría; un golpe de suerte, una tragedia, un amor, o un olvido.
Nunca supe quien era, aunque ví su alma entre mis manos. Sucede que a veces, en un recurso desesperado, la soledad suele plantarnos ilusiones. Más
Dicen que dijeron…