Mascotas…

El maravilloso mundo de los animales…(?)

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¡SE LES ESCAPÓ LA TORTUGA!

Hoy hablando con mi hija mayor, llegamos a una conclusión: la mascota de su amiga Inti, (Ruperta, la tortuga), ha recorrido mucho más mundo que yo!!

La dueña de la tortuga y Lucía, mi hija, trabajaron en Villa Gesell durante la última temporada. Esta joven extrañaba a sus mascotas (Ruperta la tortuga; Peperina y Natalio, dos ranas carnívoras… ¡¡sí, comen hígado de vaca!! y Marilyn un lagarto obero que amenaza con ser muy pero muy grande, cosa que no le preocupa ni al lagarto ni a su dueña…). La cuestión es que una de sus mascotas, Ruperta, un día viajó junto a su dueña para hacerse mutua compañía en Gesell. Una vez instalada en su nuevo hogar de temporada, la tortuga deambulaba por el parque, el patio, el living…en fin, por donde podía. Hasta que un día, mientras mi hija tomaba sol en el parque debiéndola vigilar (?); la tortuga desapareció. A diferencia de lo que se piensa, estos animales suelen imprimir velocidad a su paso; en comparación a los jaguares por ejemplo, son extremadamente lentas, pero esta en particular: se las tomó. Las jóvenes preocupadas por la desaparición iniciaron una campaña de búsqueda intensiva. La misma consistía en realizar y repartir unos carteles, en los que se podía leer:

«Hola, soy una tortuga y me perdí. Por favor traerme acá…» (dirección de la casa…)

(Completando este candoroso cartel, un bonito dibujo de una tortuga. O sea…para orientar a aquellos que no tuvieran muy en claro que es una tortuga, claro!!)

Así fué como recorrieron negocios, calles, playas, y todo lugar posible en Villa Gesell para dar con la mascota veloz. Los días pasaban, y algunos les decían: «-ahh, sí… vimos una tortuga, pero muerta…» (congoja generalizada); o «-sí vimos una de esas, pero era así de grande (gesto de tamaño), ¿será ella?»; no, las medidas no coincidían y el tiempo pasaba sin novedades; hasta que…

Un buen día, una mujer las encuentra preguntando por Ruperta, les dice que su hija había hallado una tortuga con las señas que ellas comentaban, y que lamentablemente la chica ya había regresado a Capital Federal junto a la tortuga. Desconcertadas por la noticia, pero contentas por el posible reencuentro con la mascota extraviada; notaron un par de inconvenientes. Primero, había que resolver el regreso de la velocista con caparazón (pero esta vez a Mar del Plata, ya que estaría mejor vigilada por la madre de la dueña); y como habrían de manejarse con la mujer que la había encontrado. Esta señora aludía cierta dificultad para el reencuentro, puesto que su hija ya se había encariñado mucho con la tierna tortuguita…y bla bla bla…La dueña original, aunque algo descuidada, no pensaba regalársela!! Así fué que luego de varios días, Ruperta retornó a su hogar en Mar del Plata, dentro de una encomienda…¡¡esos son viajes!!

Calculando con mi hija, notamos que la bicharraca había recorrido más de mil kilómetros en pocos días…¡¡todo un record!!! Este detalle es importante, dado que yo, la que es un ser humano, estoy con mis nervios de punta; en pocos días inicio mis vacaciones recorriendo 1100 km (¡¡sólo de ida!!); y conste que lo haré en micro, ni a pié con caparazón, ni en encomienda…

¡¡¡No tengo vergüenza!!!

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