«¿La cosa más bella?»…Tomatelá!!!

Desde la infancia,  guardo un recuerdo  especial del cine de suspenso (ahora llamados «thriller psicológicos»). En particular de esos films  en los que había indefensas señoritas  acechadas por desconocidos. Escenas que transcurrían en las viviendas de solitarias damas, lugares con ventanales enormes, que no reparaban en intimidades. Se iba describiendo el suceder de sus vidas en completa calma,  hasta que…ring ring… algún teléfono sonaba.  A veces era el «ding-dong»  de sus puertas, las que al abrirse dejaban ver una enorme caja de  regalo o a un mensajero con decorativos ramos de flores anónimos.  A partir de allí,  situaciones amenazantes  con voces de sujetos enajenados al teléfono comenzaban. Largas seguidillas de pormenores terroríficos atormentaban a la protagonista y a mí, sin descanso.  Podían ser fotos, que metódicamente recibían bajo sus puertas  o cuanto presente torturante imaginemos. El condimento más nefasto aparecía cuando se mostraba en la oscuridad  alguna ventana vecina, desde donde un personaje aterrador observaba con largavistas… entonces mi paranoia explotaba. Es difícil hoy determinar los grados de esa sensación. Ninguna película, ni esas de terror con muertos parlantes o maltrechos cadáveres asesinos, podían causarme tanto terror como estas. La realidad de vivir sin saberse observada, vigilada, espiada hasta que aparecía la señal de que esto estaba aconteciendo, para mí… lo peor de lo peor.

Pasaron muchos años desde aquellas imágenes, las  que me sabían causar auténtica pavura. Varias películas sobre el tema he vuelto a ver, y confieso que la misma sensación me visita. Por tal, sirva este comentario a modo de introducción de lo que a continuación he de relatar, ayudará a comprender.

Hace unos días, me encontraba en casa  sola y tranquila. Cuando tocan timbre a mi puerta (vivo en un departamento de un 9º piso), miro por la mirilla y reconozco al encargado del edificio. Abro, lo saludo y antes que pregunte por el motivo de su visita, me extiende un sobre marrón, a lo que agrega: «lo han dejado en el buzon de abajo, para usted». Con un «gracias», tomé el sobre y cerré mi puerta. Con una intriga importante,  observé  intentando saber de que se trataba. Papel madera, con mi nombre completo y dirección escritos con impresora, sin estampilla ni sello postal alguno. Esto indicaba que había sido puesto en el buzón por la propia mano que lo había confeccionado o alguien en su nombre. Sin remitente, «anónimo», ahí ya la cosa me gustó un poquito menos. Al tanteo deduje lo que al abrirlo comprobaría: no había papel escrito, ni tarjeta; tan solo un casete. Uno de esos de audio, TDK para más datos.

Ahí ya con mi paranoia exultante, notando que la cinta no explotaría a los cinco segundos, la coloqué en mi aparato de audio. Esperaba oir la voz de alguien conocido, no se de quien,  esa era mi esperanza.  Tal vez un «¡¡¡hola che, tanto tiempo!!!» o «¿Quién te pensaste que era, jaja?» por parte de alguna amiga graciosa, pero no. El que arrancó cantando a todo pulmón fué Eros Ramazotti; si señores…el tipo este!!!. Ahí mi persecuta se puso peor, sentí que  esto ya tomaba tintes de amenaza o algo parecido. ¿Quién en su sano juicio podía enviarme a mí un casete con esta música?. No sabía si asustarme o empezar a cargar un arma larga. El tema «La cosa más bella» sonaba (agggghhh!!) y yo cada vez entendía menos. Dicho estilo musical no es de mi agrado; a la letra del tema en cuestión, no le encontré parangón con mi existencia ni por asomo. Lo que estaba  in crescendo en ese instante, era mi paranoia y mi auténtica doble personalidad; esa que guarda con mucho amor a la asesina serial.

Sin saber bien como reaccionar, ya han pasado varios días. Unas amigas han venido e intentado llegar a una conclusión coherente, solo faltaban los de C.S.I., nada cierra. Ellas creen leer entre líneas (?) que es un mensaje de amor; ¡¡qué mal está la gente!! (incluídas mis amigas y sus pensamientos)… Yo respondo que es una porquería, enamorarme a mí con Eros Ramazotti es como enamorar a un cornalito con un pecceto al horno!!.

Por si no identifican el tema nombrado, aquí va; y de paso me ayudan a entender.

 

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