«Lamejordetodas»…(en línea):

          

       En tiempos en que la humanidad vive a una velocidad cercana al de la luz,  la mayoría de los mortales corren agitados tras innumerables responsabilidades, problemas, obligaciones y situaciones que los alejan constantemente de sus deseos más profundos. Con Internet, rapídamente, algunos resuelven cuestiones de sus vidas cotidianas. Configuran sus días, organizan viajes, salidas, compras, consultas médicas, encuentran material de estudio, se contactan con amigos lejanos en afecto y distancia, pagos bancarios…en fin, todo eso y mucho más. Estar en línea es el camino por el cual los humanos creen solucionar infinidad de problemáticas. Entonces, si es tan útil en tan variados campos, ¿porqué no habría de serlo también en lo que se refiere a temas del corazón y de pareja?…

        Debido a una crisis humana de soledad globalizada, muchos recurren a sitios en Internet que cuentan con espacios o salas de chats con intereses variados o páginas donde ingresando datos personales, gustos y alguna fotito, les prometen dar con su alma gemela. Existen «buscadores de parejas» que juran ser 100% confiables y discretos, espacios que prometen más de lo que se pueda cumplir. Otros seres más atrevidos recurren al arte de copiar direcciones de correo electrónico, adquiridas  en algún reenvío de mensajes o participantes de blogs, creyendo ver quien está detrás de esa dirección, a la persona que estan buscando.  Todos ellos por soledad, bajo el deseo o necesidad de encontrar el amor, así lo hacen. Mediante el anonimato que este servicio franquea, con un apodo o «nick» la mayoría deja escapar su imaginación. Una nueva identidad de fantasía los coloca «en línea». Por tal, es probable que una digna y seria dama se presente como «Soytuyaporsiempre» o «GataSalvaje69» en su nick, a modo de atrevido detalle inicial. Pues bajo la densa niebla del contacto a través de Internet, nadie sabe a ciencia cierta quien está del otro lado de la pantalla. Diversas almas tales como:  adolescentes rebeldes, intelectuales maduros, fríos hombres de negocios, degenerados en todas sus variantes, amas de casa, sensibles artistas, modelos top,  y todo prototipo humano que supongamos exista, se sienten atraídos a entablar un contacto con «alguien más», bajo una secreta esperanza. Encolumnados detrás de sus «Nicks», frases, «emoticones», interjecciones diversas, y tanto vocablo como sus mentes les permita a la hora de ser «los que chatean», creyendo lograr de esta forma una comunicación real.

       Al conectarse, la voluntad que muchos exponen es la de «seducir», y no hay como el «anonimato» para lanzarse como galán o chica sexy, intuyendo que ha de ser la manera más concreta para atraer. Este fenómeno tendría una nueva denominación: PERSONALIDAD VIRTUAL. Desde la seducción o aquello que se quiera mostrar en estas charlas, podrá no referirse a quien las escribe, sino a «quien se pretende ser» o lo que «se quiere parecer».  ¿Qué es lo que surge realmente de estos diálogos, los cuales poseen más de fantasía que de realidad? Supongo que el deseo de comunicarse. Escapando de sus vidas solitarias a costa de presentarse detrás de letras, con una personalidad que no es la real; pero por sobre todo, necesitando ser aceptados.

       Esta nueva terapia, la de contactarse con desconocidos que prestan sus ojos para leer lo que otro desconocido desea decir, viene elaborando una forma moderna y actual de establecer relaciones. Se gestan de manera impersonal, con diferentes matices y realidades, alimentando soledades, levantando egos maltrechos, sustentando ilusiones fantásticas, disimulando carencias, construyendo futuros imposibles. Pero llega el momento que  todo ello sufre un gran tambaleo. El momento exacto que el caudal de palabras cotidianas en la pantalla, decide pasar al de «conocerse en persona». Si la distancia real lo permite, se produce el encuentro. ¿Qué sucede allí? El apuesto galán que usó la foto que encontró en una revista, en lugar de la propia (la cual solo lo habría mostrado como luce en realidad); y la ingeniosa chica atrevida (que en su vida cotidiana es aburridísima, sin atreverse siquiera a decir una palabra), ambos debiendo enfrentar una posible realidad, en la que tal vez, no se gusten.

       Queda la duda,  si por un momento, en lugar de haber fantaseado «ser» otros, hubieran sido ellos mismos. Sin disfraces. Seres reales, más allá de lo que la impersonalidad de una P.C. pueda permitir. Dejándose ver como individuos de verdad, concretos, sin ficciones; con los pro y contras que todos llevamos encima. Logrando ser en donde sea y cuando se desee, seres vivos con nuestras verdaderas escencias, en contacto con los demás. Entonces tal vez sí, ese encuentro tan temido pueda probablemente ser… el encuentro con el «alma gemela» que tanto se añora…

  Dibujo gentilmente prestado por Ale, http://mondoditesta.wordpress.com 

(¡¡¡Mis más infinitos agradecimientos!!!) 

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